¡NAVIDAD!
Viernes 25 dic 09
 
Primero, lo que no tiene importancia: no hubieron cohetes, apenas unos pocos y poco estruendosos.
Segundo, los carabineros no festejaron. No hubo cena en el cuartel. Al atardecer hubo una formación, arriaron la bandera y el capitán dijo unas palabras, alusivas a la fecha.
Luego, algunos a festejar con sus familias, otros a patrullar las calles y un pequeño grupo, de guardia en el cuartel.
Ahora, lo importante. Había hablado un rato largo con Mariana, cuando su medianoche, en Barcelona.
Hacia la medianoche, se comunicaron mis hijos. Intercambiamos los “besos”, “abrazos”, “te quiero mucho”, “cuidate”, “te extraño”, etc., de rigor. Yo aporté un par de lagrimones, a la distancia y ¡ya!...
Preparé algo de comer y, a medianoche en punto, abrí la cola de mono (ya sé... debería haber sido un Baron B, pero no tengo presupuesto para eso) y brindé por ellos, por mi familia y por un largo listado de amigos y afectos que pasaron por mi memoria.
En eso estaba cuando, exactamente, a las 12:05 me entró un email de mi amigo Roberto, “brindando” conmigo. Sorprendente. En el momento de los abrazos, mi amigo encontró un lugarcito para mandarme un mail. Lo contesté, emocionado.
Sobre el pucho, me entró otro email, éste de una amiga de Buenos Aires. No llegué a contestarlo Llegó otro. Y luego alguien por el chat. Mis compañeros del Liceo (creo que se deben haber puesto de acuerdo) fueron apareciendo, uno a uno.
¡No podía creerlo! Tenía un nudo en la garganta.
Con lo de mis hijos, había dado por cerrado el festejo y estaba satisfecho.
Este “postre” para el espíritu, jamás lo hubiera esperado.
Pensaba que iban a ser las navidades más solitarias de mi vida y, en cambio, fueron las más acompañadas. ¡Nunca olvidaré esos momentos!
Como a las 4 de la mañana, terminé de contestar el último de los saludos.
Me acosté y me costó dormirme.
Por si fuera poco, a las 6 me despertó un email (el teléfono suena, cada vez que entra uno).
Me levanté a leerlo. Los anteojos estaban adelante y la cama atrás. Después de los cabezazos y tropezones razonables al transitar, medio dormido, por un pasillito de m... edio metro, abrí el email.
Era de mi amigo Pedro Sin y empezaba diciendo: “Querido Horacio, son las 6 de la mañana. Acabamos de regresar a casa, pero no puedo irme a dormir sin antes saludar al viejo amigo de tantos años...)" .
No pude seguir leyendo... de nuevo el nudo en la garganta... de nuevo la dificultad para conciliar el sueño.
Obviamente, dormí hasta tarde. El desayuno fue a las 11.
Orden interno y, como a las 4 me fui a bañar. Seguramente, sería el último baño, con libertad de movimientos.
Empecé a preparar todo. Aseguré las cosas para que no anduvieran “volando” y golpeándose durante el viaje y me decidí a abandonar Tocopilla.

Despedida de amigos Carabineros

Al despedirnos, nos tomamos algunas fotos y les dejé algún recuerdo. Fue una despedida emotiva.
Facebook botón-like
 
OTROS IDIOMAS
 
Translation
 
HASTA AHORA NOS HAN VISITADO 40424 visitantes (97442 clics a subpáginas) ¡MUCHAS GRACIAS!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis